El SEO siempre ha estado en constante evolución. A lo largo de su historia ha sufrido varias «muertes». La última con la llegada de Chat GPT y otros asistentes de inteligencia artificial que, si bien no han acabado con el SEO, esta vez si le han dado un buen bocado a la cuota de mercado de Google. Gran parte del tráfico informacional que antes llegaba a las webs ahora se resuelve directamente en las respuestas que ofrecen estos sistemas.
Ante este cambio, surge una pregunta clave: ¿cómo mantener la relevancia y el flujo de usuarios hacia nuestras páginas?
El fin del SEO basado solo en información
Hasta hace poco, la estrategia principal para posicionar era sencilla: crear artículos optimizados que respondieran a las preguntas de los usuarios. Sin embargo, los asistentes de IA han tomado ese rol. Si alguien quiere saber “qué es la vitamina C” o “cómo se calcula el IVA”, no necesita entrar a un sitio web, porque obtiene la respuesta instantánea en su chat o buscador inteligente.
Esto significa que las webs que solo ofrecen información corren el riesgo de quedar invisibles. Ya no basta con dar definiciones o consejos generales: la IA puede hacerlo más rápido y, en muchos casos, mejor.
La clave está en crear experiencias y utilidades
El SEO de hoy requiere ir más allá. La información por sí sola ya no es suficiente: lo que atrae y retiene a los usuarios son herramientas útiles, experiencias interactivas y soluciones prácticas.
Calculadoras, comparadores, asistentes personalizados, tests, planificadores… este tipo de recursos no solo responden a una necesidad concreta, sino que generan valor añadido que las IA todavía no pueden replicar del todo. Ahí es donde se abre la oportunidad.
Por ejemplo, una agencia de marketing digital especializada en farmacia ya no debería limitarse a publicar artículos sobre “cómo tomar Apiretal”, sino implementar una calculador de dosis según edad y peso. Un ecommerce de deporte podría complementar su blog con un planificador de entrenamientos personalizados. Estos elementos no solo atraen tráfico, sino que generan confianza y fidelidad.
El SEO como ecosistema de valor
La nueva forma de hacer SEO no es acumular palabras clave, sino construir un ecosistema digital que aporte soluciones reales. El contenido sigue siendo importante, pero debe integrarse con experiencias que el usuario quiera volver a usar y compartir.
Esto no significa abandonar los artículos, sino complementarlos con herramientas que conviertan la web en un recurso imprescindible, más allá de lo que un agente de IA pueda responder en segundos.

Adaptarse o desaparecer
El cambio ya está en marcha y quienes no lo comprendan se quedarán atrás. El tráfico informacional seguirá disminuyendo, y la única forma de mantener la visibilidad es adaptarse a este nuevo escenario.
El SEO ya no es solo optimización para buscadores: es innovación, creatividad y utilidad. Aquellos que sepan transformar su web en un espacio de soluciones y experiencias serán los que lideren la próxima etapa.



